domingo, 5 de diciembre de 2010

Leelo hasta el final

Había una vez un hombre llamado Jorge Thomas, pastor de una pequeña iglesia en un pueblo de Nueva Inglaterra. Una mañana de Domingo de Pascua llegó a la iglesia cargando una jaula para pájaros oxidada, doblada y vieja, y la puso en el púlpito.
Las cejas se elevaron y como respuesta el Pastor Thomas dijo: 'Ayer, caminando por el pueblo vi a un muchacho que venía a mi encuentro columpiando esta jaula para pájaros. Al fondo de la jaula había tres pajaritos salvajes temblando de frío y de miedo. Me paré y pregunté:

¿qué llevas allí hijo?

Solamente estos pájaros viejos. Contestó.

Qué vas a hacer con ellos' pregunté.

Los llevaré a casa y me divertiré con ellos. Contestó.

Los voy a molestar y a halar de las plumas para hacerlos
pelear. Me voy a divertir mucho.

Pero tarde o temprano te vas a aburrir de esos pájaros y
cuando eso sea, ¿Que vas a hacer?

Ah, tengo algunos gatos, dijo el muchacho. Se los llevaré.
A ellos les gustan los pájaros.

El pastor hizo silencio por un momento y luego dijo:

¿Cuánto quieres por esos pájaros hijo?

Eh... ¿Por qué?, Usted no los quiere señor. Son solamente
viejos pajarracos. No cantan, ni siquiera son bonitos.

¿Cuánto? pregunté nuevamente.

El muchacho midió al pastor para ver si estaba loco y dijo ¿Le parecen $10.00? El pastor se metió la mano en el bolsillo y sacó un billete de $10.00 y lo colocó en la mano del muchacho. En un segundo, el muchacho se había ido.

El pastor recogió la jaula y suavemente la llevó hasta el final del valle, donde había un árbol y un lugar con césped. Poniendo la jaula en el suelo, le abrió la puerta, y con un suave toque en los barrotes, hizo que los pájaros salieran, liberándolos.

Bien, eso explicaba la jaula vacía encima del púlpito y el pastor
empezó a contarles esta otra historia:

Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:

Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de
allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían
resistir. Cayeron todos!

¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.

Ah, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. Les
enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del
otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas
y bombas para que se destruyan entre sí. Realmente me voy a
divertir!

¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.

Ah, los mataré.. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y
orgullo.

¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.

Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por
qué los querrías tomar. Tú los tomas y ellos te odian. Escupirán
a tu rostro, te maldecirán y te matarán. Tu no quieres a esa
gente!!

¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.

Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:

Toda tu sangre, tus lagrimas, y tu vida.

Jesús dijo: HECHO!

Y así fue como pago el precio.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un mensaje de esperanza

Aún hoy se proclama un mensaje que satisface nuestras necesidades más profundas: Un mensaje de paz en un mundo en desorden. Un mensaje de esperanza cuando a menudo el horizonte es tan oscuro;un mensaje de felicidad cuando nuestra vida está marcada por los sufrimientos y el llanto; un mensaje de vida mientras la muerte reina sobre esta humanidad en busca de esperanza.